Las matemáticas y la naturaleza están profundamente relacionadas. Encontrar sus vínculos tiene algo de misterioso y reconfortante como cuando percibimos la secuencia de Fibonacci en los árboles que nos rodean.
La joven Nikki Graziano, estudiante del Rochester Institute of Technology, une su pasión por la fotografía y las matemáticas al graficar sobre fotografías que toma, resultado de su peculiar manera de observar la realidad .Así, con su serie fotográfica Found Functions, a través de una función matemática, podemos observar la belleza de un montículo de arena, la manera en que crecen algunos arbustos, la forma de una nube o la manera en que se acumula la nieve en el suelo.
No se trata de tener una ecuación de trigonometría y salir en busca de su ejemplo en la naturaleza sino de, una vez encontrada una composición que le agrada, desarrollar sus variables hasta conseguir las funciones que rigen el fragmento de naturaleza que ha captado. Así, Nikki Graziano, a quien podemos seguir vía Twitter, se vuelve una especie de traductora entre el lenguaje de la naturaleza y la matemática. Al unir visualmente la fórmula y el resultado permite que podamos distinguir este maravilloso código que nos rodea.
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